Las I Jornadas LGTB “Quememos el armario” tuvieron lugar durante el primer fin de semana de abril de 2017. Tres días de actividades y charlas con las que se mostró la realidad del movimiento desde un punto de vista transformador y crítico con el sistema quo.

La formación ocupó un lugar importante en estas jornadas cuyo objetivo fue el de reactualizar el movimiento LGTB para un nuevo activismo que llevara a la juventud sexodisidente a protagonizar la lucha por sus propios derechos.

Las jornadas dieron el pistoletazo de salida el jueves 29 con la proyección de la película ‘Romeos’, sobre la realidad trans, y con una charla bajo el título ‘VIH-SIDA y juventud’ a cargo de la asociación OMSIDA.

Las actividades continuaron el viernes con una mesa redonda sobre la historia del movimiento LGTB en Aragón y un debate sobre los retos de futuro que este tiene. Pero, sin lugar a dudas, el plato fuerte fue el sábado cuando el youtuber y activista Tigrillo, experto en comunicación joven lgtb en las redes sociales, visitó A Enrestida. Además, por la mañana del sábado tuvo lugar una charrada sobre activismo LGTB en el pueblo gitano a cargo del activista romaní internacional Demetrio Gómez. Como punto y final a estas jornadas, el domingo por la tarde acabamos con la proyección del documental ‘Armarios concéntricos’.

 

Besada sexodisidente, un beso sin miedo

Pocas veces, más allá de fechas señaladas como el 28 de junio -día del Orgullo LGTB- o el 17 de mayo -Día Internacional contra la Homofobia, la Transfobia y la Bifobia- se deja ver la bandera LGTB ondeando al ritmo del viento a los pies del Pilar en Zaragoza. Y no porque este “arcoiris” no quiera participar o dejarse ver, sino porque muchas veces no se siente bienvenido, seguro y visibilizado. Sin embargo, las calles también son nuestras, de todas.

Es por ello que el 2 de abril de 2017, como culminación de las I Jornadas LGTB ‘Quememos el armario’, salimos a la calle para reivindicar nuestro derecho a ser y a besarnos con quien nos apeteciera en el momento y lugar que fuera. Una besada sexodisidente, un beso sin miedo que defendiera la diversidad afectivo-sexual y de identidad como uno de los pilares básicos para la transformación social. ¿Y qué mejor manera que a través de algunos de los símbolos más característicos de nuestra tierra? La Basílica del Pilar y el traje de baturra.

 

Queríamos terminar nuestras jornadas con una acción que pusiera sobre la mesa la necesidad de un espacio público para las personas LGTB y por ello nos vestimos con nuestras mejores galas para besarnos con otras personas de nuestro mismo género.

Entendemos que este acto nos permitía dotar de un nuevo significado a todo aquello asociado a lo más tradicional, a lo rural o a la familia heteronormativa, entre otros. Y es que desde Purna aspiramos a la reconstrucción de un activismo y movimiento LGTB que supere la institucionalización y vuelva a tomar las calles y las plazas. No podemos, en nombre de la normalización, ceder y aceptar identidades y roles que no son las nuestros y no nos representan.